A pesar del espectáculo que Kiss representa, la banda tuvo orígenes increíblemente humildes.
Gene Simmons tocaba en una banda, Paul Stanley también, y los dos se conocieron y decidieron que podría ser una buena idea empezar a hacer música juntos. Claro que al principio hubo cierta tensión, pero pronto se resolvió.
“Paul no me gustaba nada,” dijo Simmons, recordando el momento en que le preguntó a Stanley si le gustaría estar en una banda juntos. Stanley admitió: “Creo que él pensaba que Lennon, McCartney y Gene eran los únicos tres compositores del mundo, y de repente tuvo que hacer espacio para un cuarto.”
Por suerte, ambos lograron superar sus problemas iniciales y, como resultado, pudieron formar lo que ahora es reconocida como una de las mejores bandas de rock del mundo. Tenían gustos musicales y estilos de composición similares, lo que ayudó en el proceso creativo, pero también compartían ideologías muy parecidas, lo que fue fundamental para crear una imagen para la banda.
Una de las preguntas más comunes que recibe Kiss es: “¿De dónde salió la idea del maquillaje?” Y la respuesta sorprende a la mayoría: Los Beatles. Paul Stanley admitió en una entrevista que una de las cosas que odiaban de la industria musical en los años 70 era que las bandas ya no parecía que fueran bandas de verdad.
“Esos grupos británicos de los 60 parecían bandas reales,” dijo. “Ningún miembro de The Beatles podría haber encajado en The Stones. Ningún miembro de The Who pudo haber estado en Dave Clark Five. Tenías imágenes unificadas de esas bandas, y al mismo tiempo, había un énfasis en los miembros individuales.”
Kiss quiso intentar recrear esa mentalidad usando su maquillaje. Así, proyectaron la imagen de una banda unificada y también desarrollaron personajes atractivos en los que la gente se interesaba individualmente. Funcionó muy bien, ya que la banda destacaba, la libertad dentro de su música venía de lo unidos que estaban, y fue fácil de vender. Esto es ideal para cualquier banda que intente sobresalir en un mercado saturado; sin embargo, esa ventaja se volvió una maldición cuando los ejecutivos de las discográficas entendieron el impacto que tenía el maquillaje.
Peter Criss fue el baterista de la banda durante los 70, y dijo que aunque al principio todo fue bien, la imagen terminó siendo su caída. Dejaron de centrarse en ser una banda y empezaron a enfocarse en ser esos personajes.
“Los hombres detrás de nosotros se volvieron medio locos por el dinero y codiciosos al darse cuenta de que éramos como un circo y que podían vendernos como superhéroes,” dijo. “Por el amor de dios, sacamos nuestro propio tipo de cómic. Creo que estábamos perdiendo todo contacto con la música. Espera un momento, somos una banda de rock, no somos The Monkees.”
Kiss sí siguió haciendo música sin maquillaje, pero ese look icónico sigue formando parte de su identidad como grupo musical y es lo que la mayoría de los fans piensa cuando se menciona el nombre de la banda. Fue un gran acierto en cuanto a unidad y libertad creativa, pero el estilo terminó siendo un arma de doble filo.
Nota original: Far Out Magazine